Mes a mes, un año fue pasando.
Irina empezó a admirar Japón por las historias que la vieja le contaba, y poco a poco fue surgiendo un cariño por ella que nunca había experimentado antes.
El local tubo una buena racha y durante algunos meses Irina pudo ahorrar algo de dinero, y así fue pasando el tiempo.
Una tormentosa noche de Noviembre, cuando Umiko ya se había acostado, llegó a la posada un extraño hombre. Pidió solamente un wishky y estuvo sentado en una mesa por lo menos dos horas.
Después de este tiempo miró a Irina y le hizo una señal para que se acercara.
- Dígame caballero.
- Venia buscando una vieja amiga y en lugar de eso me encuentro con una hermosa desconocida. Es que algo le ha pasado a la vieja Umiko?- Pregunto sin apartar la vista de la muchacha ni un segundo.
El hombre le hacia sentir rara, tenia una extraña atracción hacia él. Era delgado y de ojos negros, y tenia las facciones afiladas.
- No se preocupe señor, solo estaba cansada y se ha retirado temprano, hace casi un año que trabajo aquí y ella agradece descansar alguna que otra noche. - La ponía nerviosa que la mirara tan fijamente pero era un amigo de Umiko y ademas la intimidaba un poco. - ¿Va a quedarse esta noche?.
- Lo haré, esperaba que la vieja me tuviera algo de cenar pero supongo que no creía que llegara tan pronto este año. No importa, tengo mi propia llave de la habitación, muchacha, así que no te molestaré mas. déjame la botella donde pueda servirme y puedes retirarte.
¿Su propia llave? Pensó Irina, solo había una habitación que no se usaba para los clientes y estaba cerrada, la bohardilla. No sabia en que estado se encontraría por que nisiquiera había subido nunca a limpiarla, siempre supuso que la vieja la usaba como una especie de almacén. De repente se acordó de algo.
- Hay un jamón asado en el horno, lo hice para mañana pero si tiene hambre...
- Gracias.- Dijo él con una sonrrisilla - Pero el cerdo no es exactamente lo que estaba buscando, encontraré otra cosa por mi mismo. - Le indicó que se fuera.
- Buenas noches entonces.
- Seguro que lo son.- Dijo él, y volvió a coger el vaso.
Irina no durmió bien esa noche. A la mañana siguiente bajó temprano y le contó a la vieja lo que había pasado.
- Ahhh, el inesperado Yakov, que pronto ha llegado este año. ¿Y dices que no cenó? vaya, tengo que salir a hacer unos recados, volveré hacia la tarde.
Irina se extraño muchísimo, Umiko nunca salia mas de un par de horas.
- Pero... ¿que hago si baja a desayunar? está buscandola a usted, no quiere esperarle?
- Tranquila pequeña, dudo mucho que lo veas hasta la noche. - Dijo Umiko, y se fué.
2 comentarios:
Me cuesta seguir el hilo de la historia y los personajes...
No tengo muy claro si vas poniendo fragmentos de relatos diferentes o pertenecen todos al mismo relato...
Cada personaje es independiente y tiene su historia, este ultimo es la continuación de la historia de Maho.
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